Noveno Día

Compartir la Navidad desde la Diversidad

En este último día de la novena, escuchamos el cántico de Zacarías – el padre de Juan el Bautista. Con una voz llena de alegría y esperanza, confiando, por fin, en el plan de la salvación de Dios, Zacarias alaba al Dios, diciendo lo que tenía que mantener en secreto por mucho tiempo. ¿Imagínese como se siente cuando tiene una buena noticia y no puede compartirla con nadie? Y cuando lo puede, las palabritas salen como una corriente de agua. Según a algunos profesores bíblicos, este cántico era un himno de alabanza de los Cristianos Judíos en la iglesia cristiana primitiva. Un himno, que ellos posiblemente cantaran cuando se reunieron en una familia, expresaron su confianza en el plan de Dios.
Yo recuerdo cuando estaba en el seminario en Chicago, celebrábamos la Navidad juntos antes de irnos de vacaciones cada año. Durante la celebración, cantábamos, jugábamos, y charlábamos. Se llenaba de alegría y risas la celebración. Al momento de terminar, siempre cantábamos la canción “Noche de Paz” en diferentes idiomas. Nosotros venimos de diferentes países de Asia como: Filipinas, China, Corea del sur, Indonesia, Vietnam o de África como Togo, Ghana, Benín, o de América como EEUU, México, o Guatemala. Algunos miembros también sabían otros idiomas como alemán, francés, o polaco. Era un momento solemne cuando canté y escuché esta canción en diferentes lenguas. Era como un mundo pequeño que estaba alabando a Dios en sus diferentes lenguas y admirando el plan de salvación.

“Noche de paz, noche de amor,
Todo canta en rededor
Clara se escucha la voz celestial
Que llama a todos al pobre portal:
Dios nos ofrece su amor”

El cántico de Zacarias y la canción “Noche de Paz” me alegran mucho en esta temporada santa cuando celebramos la Natividad de Jesucristo. Me dan un sentido de orgullo porque Jesús, “el Verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros” (Juan 1:14), un sentido de esperanza cuando escucho la promesa de Dios “para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte,” y un sentido de la paz en esta noche de amor. Feliz Navidad.

Dios nos habla

Lc 1,67-79
Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente:
«Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo, y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad, y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida.
Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente, para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

Reflexionamos

Esta última lectura bíblica de la novena nos presenta el cántico de Zacarías – el padre de Juan el Bautista. También su corazón se llenó de alegría por tener a un hijo en su vejez. Primero, al recuperar el habla, Zacarías da gracias a Dios por su plan en la historia de salvación. Después continúa con una visión de la misión de su hijo recién nacido, que ha de preparar el camino del Señor. Él como padre recibe a su hijo como don de Dios, consciente también que habrá que devolvérselo a Dios quien tiene para su hijo una misión concreta… Hoy celebramos el hecho de que Dios nos dio a su hijo – Jesús. En el Niño Jesús podemos ver el don más grande que Dios hizo para la humanidad.
Andres Pesta, SVD

Dialoguemos

¿Cómo hablan los textos bíblicos sobre los niños: desde el vientre de sus madres hasta su nacimiento?
¿Qué pienso yo del respeto de la vida humana que merece ser protegida desde el vientre materno?
¿Pienso que los niños son un don de Dios y que nosotros los tenemos “prestados” para cuidarlos y ayudarles a descubrir su misión?

Presentemos algunas oraciones espontáneas que nacen en nuestro corazón…

               Participar en familia en la Santa Misa de la vigilia del Nacimiento de Señor. Felicitar a otras familias por la Navidad (personalmente, por sms o WhatsApp, etc.).

              (para los niños): Preparar la cunita para el Niño Jesús en el pesebre. Llevar para la misa al Niño Jesús y después al retornar colocarlo en su cunita…


“Cada niño lleva siempre consigo un misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de un padre que respete su libertad. Un padre que es consciente de que completa su acción educativa y de que vive plenamente su paternidad sólo cuando se ha hecho “inútil”, cuando ve que el hijo ha logrado ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida, cuando se pone en la situación de José, que siempre supo que el Niño no era suyo, sino que simplemente había sido confiado a su cuidado.”
Papa Francisco, Patris Corde, 7

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